jueves, 15 de enero de 2009

HECTOR CEDIEL

¿QUIÉN ES HÉCTOR CEDIEL?
SOY CEDIEL. HÉCTOR CEDIEL

Soy cediel. Héctor Cediel.
He vivido para mis versos y por eso brota sangre turbia por entre las comisuras de mi corazón.
Soy la sonrisa de las historias viejas; el poeta a quién se le mueren los sueños y se le derrumban los castillos de azar.
Soy un sobreviviente de la guerra sucia, aún me acecha el hambre de los buitres.
Los amigos ya no tocan a mi puerta solo me rodean extraños desde que despierto.
No sé que germinará de la tierra mañana; ni imagino al mundo engendrado por el odio.
Mis amigos del alma se han silenciado…

Ahora invento a la Primavera.
Hace Sol, pero son tiempos invernales, las manos de nuestras almas se ensuciaron con la sangre de la inocente indiferencia.
Las herraduras de la muerte tallaron un camino infame hacia la vergüenza.
La patria da bandazos como un ave herida abandonada a la deriva por la cobardía.
Todo mi dolor y heridas son poesía; hasta el amor fue despiadado mordiéndome los labios o arrancándole placer a mi piel con las uñas.
No soy viejo ni joven, pero contemplo desde las ruinas el umbral de la muerte-vida, me desnudo.
Me despojo hasta de la última prenda y le grito al amor que no se muera.

Soy Cediel. Héctor Cediel



SONATA DE ESPERANZA

El poeta canta la inspiración de las musas, de sus ninfas;
rimando y midiendo los versos tramados por los suspiros
del corazón y del alma, que destilan y condensan la savia
o la esencia de la vida, en cántaros de la gaya ciencia.

Hay que hablarle al hombre y comunicarse con la multitud;
que la fantasía mágica de las palabras, nos haga uno a todos;
¡Que la vida deje de ser: ese mar de mierda! ¡infernal pudridero!
del que nos habló ex monseñor Guzmán, Eutiquio o sus abuelos.
Disfruten del placer de pensar, hablar o actuar, jugando con
las contingencias del azar y derrotando los absurdos del destino,
hasta izar sus propias banderas sobre el Everest de sus sueños.
Comprométanse en dejar el mundo un poco mejor del heredado;
nunca duden en hacer o apoyar siempre: ¡algo por la vida!

Sueñen mirando la luna, las estrellas y fíjense metas ambiciosas;
siempre encontrarán sosiego y razones difíciles en la existencia
¿Serán el cielo y el infierno, simples conceptos o espejismos,
para que el hombre soporte la vida y no se bestialice?

No crean en la verdad absoluta de las palabras;
pueden ser mentiras bien dichas o repetidas mil veces,
hasta que terminan transformadas en verdades o en historia.
Aprendan a escuchar y a conocer las dos caras de todo;
Lo indivisible es déspotamente relativo: como el bien y el mal.
Tienen que aprender a elegir y tomar siempre lo bueno;
quitando la no esencia de las insignificantes opiniones,
de vivencias equivocadas del mal o del error;
nada bueno se puede cimentar sobre la injusticia,
así la verdad veces desengañe como ilusiones quimeras.
Nunca dejen de escuchar al infalible corazón, al alma de su madre,
el consejo su padre, a los recuerdos de sus abuelos…
¡Nunca olviden las palabras visionarias del tío Guillermo!

Aprendan a hablar, pero si nadie les escucha: ¡Griten!
Hasta que aprendan a oír los sordos y a hablar los mudos
¡Entonces esos hombres serán libertos y aprenderán a volar!



AMÉMONOS COMO SALVAJES

Fuego de amor demencial, loco y chiflado
Ido como el delirio desbocado de una avalancha
De sandeces irrepetibles e imágenes prohibidas

He sido amado por amantes inolvidables
He amado y me he entregado como un kamikaze
Para perseverar como un lucero fulgurante
Escondido en un rinconcito de sus corazones

Un amor como el nuestro siempre será ardiente
Como las entregas de los cálices a ciegas a los picos
Libadores de sexos en los veranos primaverales
Como los corazones vivos de los volcanes
Como los delirios de las vaginas en éxtasis

No me hables de sombras ni arrepentimientos
Ni dejes que reculen tus versos por trivialidades
¡Deja que se desboquen cual pegasos por el cosmos!

Un amor como el nuestro siempre será: ¡eterno y grande!
No soy único, ni tú, ¡tortuguita mía! ¡Adorada putita!
Puramente somos dos amantes. ¡Amémonos como salvajes!


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1 comentario:

El Perro Vagabundo dijo...

Mil gracias por apreciar estos versos.