jueves, 15 de enero de 2009

NOCTURNA


Que a la nocturna y deslumbrante luna quisiera amarte toda la vida, quisiera ser una estrella, y que tú fueras fugaz, para perseguirte de rincón a rincón, de galaxia a galaxia; consiguiendo el abrazo y el amor.

No me quiero enamorar, porque sé que mis lágrimas fluirán como torrentes ejércitos enfurecidos y desalmados. ¡No quisiera! Pero como resistirme a tu sonrisa de anís, a tu mirada de espejo y tus abrazos de algodón. Solo queda mi condena, seguir en las noches de espanto algunas por frio penetrante que alcanza mis dudas; otras por ogros hambrientos y sucios que juegan a comer gente. Otro soy yo, con corazón de tenue princesa y nobleza de humilde plebeyo. Tal vez al ser tocado por ti se romperá su duro empaque y correrá un poco ligero.


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu escrito es lindo. Esa es la realidad del amor... lástima que después de disfrutarlo se sufra.

EL PRETEXTO dijo...

ufffffffffffffffffffff

Saul Ramirez dijo...

PERO NO ES ACONSEJABLE PENSAR EN EL SUFRIMIENTO... SOLO DEBEMOS VIVIR CADA MOMENTO COMO SI FUERA EL MAS HERMOSO Y ESPECIAL...